La prótesis dental fija es aquella que se mantienen unida a la boca del paciente de forma permanente y, por tanto, no puede retirarse. A diferencia de las removibles, la persona no necesita quitárselas para limpiarlas y no tiene inconvenientes de filtración de restos de comida. Además, al quedar completamente fijadas, no es hace falta que pasen por un periodo de adaptación, como sucede por ejemplo con la dentadura postiza tradicional, que puede resultar incómoda los primeros días al hablar.